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lunes, 4 de mayo de 2009

"El tiempo del silencio", el nuevo libro de Iván Treskow, regresa a uno de los períodos más duros de la historia de Chile

Iván Treskow publica su nuevo libro en Ediciones Letra Clara, El tiempo del silencio, el relato de su experiencia en los campos de concentración chilenos durante la década de los setenta, un período que marcó la vida de muchos de sus compatriotas y la suya propia. La salida a la venta de esta obra que auna el testimonio con la literatura nos ha servido de excusa para charlar un rato con su autor.

El tiempo del silencio es su séptimo libro publicado. Debido al delicado tema que trata en él, ¿qué importancia ha tenido el paso del tiempo para su escritura?

Me ha permitido madurar en mi forma de escribir, de reflexionar sobre lo que me interesa escribir, sobre todo cuando hay aspectos que me tocan personalmente, pero también a otros que tal vez por pudor no lo hacen. En mi relato, de una forma u otra, los incluyo.

Este libro hace referencia al período quizás más difícil para Chile. ¿Cree que, a pesar de los más de treinta años transcurridos desde entonces, aún hay mucho que decir sobre esa época de represión?

Por supuesto, lo que intento relatar no es más que una página de una memoria colectiva que a algunos molesta por el rol que en ella jugaron. Las nuevas generaciones deben conocer lo que se estaba realizando y cómo fue impedido. En las escuelas o en los libros de historia de nuestro país hay "olvidos" que producen vergüenza.

Una de las consecuencia de esa etapa fue el exilio de muchos chilenos. Habiendo vivido esa experiencia en primera persona, ¿qué relación se tiene con el pasado y el presente chileno al otro lado del Atlántico?

La relación que tengo con el pasado -que no es la del conjunto de exiliados- es la sensación de haber dejado algo inconcluso. Entonces entregué toda mi energía pero, al observar el actual proceso chileno, es como si viera algo conocido, algo que avanzara con enorme lentitud y deseara estar allí de nuevo.

El libro es, a nuestro juicio, un retrato valiente pero escrito desde la mesura. ¿Significa eso que las heridas están cicatrizadas?

Las heridas están cerradas, pero no completamente cicatrizadas. Son como diapositivas que guardamos en la mente y cuando menos lo esperamos ocupan parte del presente.

¿Es de la opinión de que libros como el suyo pueden enseñar más que un ensayor histórico-político de la realidad de un país?

En ningun momento intento que narraciones como El tiempo del silencio aporten más que un ensayo histórico. Será el lector el que cree su propio criterio. Pero por supuesto he intentado hacerlo lo más agradable posible a pesar de llos aspectos duros que el evoco.

El tiempo del silencio retrata una parte de su vida, pero en gran medida está contada con mimbres novelescos. A pesar de los durísimos episodios que relata, ¿dulcificó la realidad para el libro?, ¿qué parte de ficción hay en él?

La parte de ficción es mínima; he cambiado algunos nombres y he omitido otros por razones obvias. La parte novelada es una manera un tanto pedagógica de presentar el sujeto para que el lector no sienta rechazo por su crudeza, ya que sobre la tortura mucho se ha escrito y no es necesario entrar en detalles.

Desde luego este libro es recomendable tanto para chilenos como para lectores de otra procedencia. ¿Cree que un lector ajeno a aquellas circunstancias políticas y sociales puede encontrar paralelismos con otras situaciones represivas?

Desgraciadamente las dictaduras se asemejan, y todo aquel que le ha tocado de observar o vivir experiencias similares verá páginas de un pasado que se repiten, pues aunque no las haya vivido todo el mundo ha leído la historia de países bajo régimenes militares. Se encontrará por tanto aspectos comunes.

¿Qué espera de la literatura como escritor y como lector? ¿Qué proyectos tiene para el futuro en este sentido?

Como escritor espero desarrollar aún más mi horizonte de trabajo. A medida que se escribe se tiene la impresión de que siempre hay algo que debemos hacer y eso es un nuevo desafío.
Como lector espero tener el tiempo para enriquecer mi conocimiento sobre otras culturas que me permita ampliar mi terreno de trabajo.

Aconsejamos que la lectura de El tiempo del silencio vaya acompañada de la de Las casas de mi infancia (Ediciones Letra Clara, 2008) libro en el que se relatan los años previos a la dictadura. Sin embargo, ambas obras se pueden leer de forma independiente. ¿Le queda todavía cosas que contar de su pasado? ¿Sentía la necesidad de retrotarse a aquella época para pasar página o, al revés, escribió para no olvidar?

Les agradesco que aconsejen la lectura de El tiempo del silencio, que efectivamente es casi la continuación de Las casas de mi infancia, pero, como bien dicen ustedes, se puede leer uno sin conocer el otro. Como dije antes, las heridas están cerradas pero no cicatrizadas.

Iván Treskow Cornejo (Talca, Chile, 1950) fue profesor de biología hasta 1975, año en que fue detenido y torturado por sus ideas contrarias al régimen. Exiliado en Francia en 1977, pertenece al grupo de teatro Aleph y ha participado en las bienales internacionales de poetas en Bruselas. Forma parte de la Sociedad de Escritores de Chile y, desde hace veintidós años, de la asociación la Puerta de Poetas. Tiene editados Pasajero del tiempo (1982), Reflejos de la existencia (1989), Canto de amor en un siglo de guerra (1992), Con las cartas marcadas (1998), El vagón olvidado (2006) y Las casas de mi infancia (2008), así como poemas incluidos en diversas antologías.

martes, 3 de marzo de 2009

"Días como éste", primera novela de Juan Carlos García Aranda

Queremos dar la bienvenida al nuevo título publicado bajo el sello de Letra Clara, Días como éste, una novela divertida, transgresora, llena de humor y un buen bálsamo para aparcar durante un rato los problemas que nos agobian.

Su autor, Juan Carlos García Aranda, ha sido tan amable de contestar a algunas preguntas a raíz de la salida a la venta de su primera obra.

"Días como éste" relata las andanzas de un joven soltero durante un verano en la ciudad. Este libro ¿está escrito desde la añoranza de los tiempos despreocupados de la juventud?

Añoranza de la despreocupación. Creo que la vida nos chantajea con una exigencia exagerada; tenemos que estar preocupados por algo el 95% del tiempo. Trato de revindicar que necesitamos salir de esa opresión, que recordemos que la vida siempre va a terminar de la misma forma accedamos o no a su chantaje.

La acción transcurre en los últimos años de la década de los 90. ¿Cree que la juventud actual es diferente de la de entonces?

El gusto de conducir la vida tan rápido como puedas es el mismo, lo único que cambia es que ahora los “coches” tienen más potencia.

El libro mantiene en general un tono jocoso, aunque entre tanto "caos" en el que sitúa a los protagonistas, ¿no cree que hay un punto de desesperanza, de búsqueda de ideales, muy propia por otro lado de la edad previa al momento en que se "sienta la cabeza"?

Desesperanza, sí. En realidad los ideales están ahí y si nos empeñamos en buscarlos es porque somos reacios a encontrarlos. Llega el momento en que necesitas ideales, pero te preguntas ¿para qué los necesito realmente?

Hay quien dice que todas las novelas hablan de una u otra manera del amor. ¿Hasta qué punto ese factor es determinante en su historia?

Cuando tratamos de explicar el amor echamos mano de todos los sentimientos. Es como los ingredientes de un guiso. Un guiso tiene ciertas cantidades de sal, pimienta, agua, cebolla… El amor no deja de ser un guiso con sus ingredientes: cariño, deseo, celos, envidia, esperanza… Toda historia con personajes que se cruzan entre ellos tiene su propio “guiso” de amor con sus ingredientes.

En su aspecto formal, la novela se sustenta principalmente en el diálogo. Incluso mientras se lee da la sensación de estar viendo una película o una obra de teatro. Durante su escritura, ¿estuvo influenciado por este hecho?

Sí, totalmente. Los diálogos de las películas clásicas eran mágicos. Aunque la novela está narrada en primera persona, en muchas escenas yo no me metía en la acción dentro del protagonista, sino que estaba sentado en un cine viendo una película y haciéndole a éste actuar, viendo cómo quedaba en la pantalla. Siempre ha habido esa otra personalidad por encima del protagonista que ha rodado muchas tomas de cada escena.

Quisiera volver al lado humorístico del libro. ¿Qué importancia da a este hecho en estos tiempos de "hecatombe económica" que parece que estemos viviendo?

Es difícil ahora mismo dar a algo más importancia que a la economía. El humor no es nunca lo más importante, pero sí que debería estar siempre en la mesilla de noche, a mano, para beber un buen trago.

Ésta es su primera novela publicada. ¿Cómo concibe la escritura dentro de su vida?

Ahora mismo es algo con lo que disfruto. Todo el mundo debería escribir en una hoja en blanco “El perro caminaba despacio arrastrando una pierna…” y seguir a partir de ahí, porque lo que pasa a continuación es algo muy especial.

Entre sus gustos literarios, destaca a autores como Le Carré, Coetzee o McCarthy. Como lector, ¿qué busca en la literatura?

Personajes, esos seres que casi los puedes tocar, párrafos que expresan exactamente en diez palabras cosas que piensas que no se pueden expresar con menos de cien.

¿Qué espera de su futuro como escritor? ¿Está escribiendo en la actualidad?

Ahora mismo estoy retomando un proyecto que tenía algo olvidado y que espero sacar adelante. Depende de cómo me encuentre con él…

Desde Letra Clara, queremos desear la mayor de las suertes a Juan Carlos y os animamos a todos a que degustéis Días como éste. Seguro que no os defrauda.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

"Delicatess", novedad de Letra Clara

La publicación de la novela de Julián Saénz de Zaitegui Rivas coincide con la celebración del Día Internacional contra la Violencia Sexista


Hoy, 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional contra la Violencia Sexista. Dos datos siguen estremeciendo: se estima un total de 400.000 mujeres las que sufren actualmente malos tratos en nuestro país; las dependencias policiales reciben 80.000 denuncias al año.


Coincidiendo con esta fecha, Letra Clara publica la primera novela del poeta Julián Saénz de Zaitegui Rivas, Delicatess, la cual nos sumerje en el espantoso día a día de una mujer víctima de la violencia machista.


El autor ha dado la palabra a su protagonista, Lola, para que sea ella la que en primera persona relate su experiencia. "La verdad de todo es que ayer le quise y hoy le odio" o "Él no cambia y creo que jamás cambiará" son algunas de las reflexiones de este libro, en el que, con el mayor de los respetos y sin caer en el amarillismo, se describe la realidad de una víctima que podría tener muchas caras.


La lectura de la lucha de esta mujer y su determinación de hacer algo por otras personas que viven un infierno parecido podría servir para humanizar unos datos que, por repetidos, tienden a perder la atención de un problema que nos afecta a todos.