A raíz de la reciente publicación de su primera obra, Gente rara (Ediciones Letra Clara, 2009), el autor José María Codes nos habla de su libro, una serie de relatos en los que se sumerge en ámbitos realistas, ficticios y surrealistas.
Gente rara es un libro de relatos muy versátil, en cuanto a temática y tratamiento de los géneros. Llama la atención este detalle en una primera obra editada. ¿Es esta versatilidad la que le orienta a la hora de escribir formatos cortos frente a otros como la novela?
La realidad es que los relatos cortos ofrecen la posibilidad de probar con diversos estilos y tocar distintos géneros, lo cual da la posibilidad de llegar a más gente, pero la mayoría de las veces no permiten construir personajes verdaderamente complejos o historias muy elaboradas. En el futuro me gustaría poderme dedicar a la novela, pero con tranquilidad, porque requiere más dedicación y otra forma de trabajar.
En el libro se plantean situaciones y contextos diversos. ¿Quería con ello simular una visión del mundo multilateral?
He querido mostrar, por encima de todo, que el ser humano y todo lo que vive es, para lo bueno y para lo malo, increíble, y que la gente, a veces una misma persona, es capaz de lo mejor y de lo peor hasta un punto difícil de imaginar. De ahí que lo pasa en la vida sea muchas veces incomprensible pero siempre digno de ser vivido.
El título del libro resulta del todo llamativo. Aunque en principio Gente rara parezca responder a las peculiaridades de ciertos individuos, quizás la sensación última tras la lectura es que es difícil encontrar a alguien que no sea "raro". ¿Se puede sentir uno orgulloso de ser "raro"?
Todos somos, de alguna manera, raros y, en algunos puntos de nuestro carácter, absolutamente extraordinarios. Por eso creo que el secreto de la normalidad no está en hacer o pensar como todo el mundo, sino en aceptarse a uno mismo y a los demás con total naturalidad, porque al final todos tenemos muchas cosas especiales, admirables y deplorables. Al final, el que está esforzándose constantemente para ser el más especial, además de caer en una especie de rutina, cansa.
Visto desde fuera, uno tiene la sensación de que en su escritura se preocupa por identificar, señalar y dibujar sensaciones muy reconocibles por todo ser humano. Pero desde dentro, ¿cuáles son los motores que se ponen en marcha dentro de usted que le llevan a escribir, a contar historias?
Me gusta contar historias con el fin último de que quien las lea pueda sentir y vivir lo que sienten y viven sus personajes. Ha habido libros que, tras leerlos, me han servido para darme cuenta de cosas que estaba haciendo mal o para enseñarme cómo actuar mejor. Desde luego, conseguir esto es muy difícil. A estas alturas, me conformo con que quien me lea pase un buen rato y no tenga la sensación de que ha perdido el tiempo.
¿Cuál es su opinión a cerca de aquellos que piensan que el relato es un formato menor dentro de la literatura?
No creo que sea un género menor. La novela es la gran manera de hacer narrativa, y creo que todo escritor de narrativa tiene como objetivo escribir una gran novela, pero esto no menoscaba la importancia del relato, que tiene una carpintería, una técnica y unos fines en la literatura distintos a los de la novela, ni más ni menos importantes.
¿Cómo le gustaría que fuera entendido su libro? ¿Qué espera del lector o qué debe esperar el lector de usted?
El lector es absolutamente libre para entender un libro como quiera. Yo sólo espero que les parezca un buen libro y que se queden con, al menos, la sensación de que se han entretenido. Ojalá se conmuevan o les dé qué pensar, pero, sinceramente, no sé si el libro es lo suficientemente bueno como para eso. Con que a un lector le encante el libro y no haya muchos a los que no les guste nada, estaré contento.
Un escritor no es sólo lo que escribe, sino también lo que lee. ¿Qué importancia da a la lectura respecto a su faceta como escritor? ¿Qué autores o libros cree que son imprescindibles para todo aquel que quiera escribir?
Ante todo me gusta leer. Borges decía que estaba mucho más orgulloso de lo que había leído que de lo que había escrito. Para mí la lectura es fundamental porque es además mi principal afición. Cada escritor tiene sus influencias y la literatura es tan rica que no me atrevo a decir qué libros son imprescindibles para poder escribir. En mi caso, han sido fundamentales escritores como Cortázar, Bécquer, Kafka, Dostoievsky, Delibes, Mendoza, Jardiel Poncela o Bolaño.
En sus relatos parece que mire a los hombres a la altura de los ojos, que les tome la medida. ¿Se puede llegar a alguna conclusión tras ese análisis que explique lo mejor y lo peor del ser humano?
Mi conclusión es que el tópico -que no por ser tópico deja de ser completamente cierto- de que todos tenemos un lado bueno y un lado malo, sumado a que la vida se encarga ella sola de hacer que pasen cosas absurdas e ilógicas, hace que sea necesario un esfuerzo diario de comprensión, tolerancia, humildad, autocrítica y, sobre todo, empatía, para no volverte absolutamente loco, amargado, soberbio o misántropo.
Ya ha publicado su primera obra. ¿En qué proyecto literario se encuentra inmerso en la actualidad?
Actualmente sigo escribiendo relatos y tengo notas para una novela. Espero tener tiempo en el futuro para poder hacer algo que esté medianamente bien.
¿Qué palabras podría dedicar a aquellos autores noveles que aún no se hayan atrevido a dar el paso hacia la edición?
Que para dar el paso de la edición se asesoren bien y confíen, además de en su trabajo, en el criterio objetivo de los profesionales del sector.
José María Codes nació en Madrid en 1981. Es licenciado en Derecho y ha cursado estudios de Filología Hispánica. Gente rara es un primer libro publicado.
Gente rara es un libro de relatos muy versátil, en cuanto a temática y tratamiento de los géneros. Llama la atención este detalle en una primera obra editada. ¿Es esta versatilidad la que le orienta a la hora de escribir formatos cortos frente a otros como la novela?
La realidad es que los relatos cortos ofrecen la posibilidad de probar con diversos estilos y tocar distintos géneros, lo cual da la posibilidad de llegar a más gente, pero la mayoría de las veces no permiten construir personajes verdaderamente complejos o historias muy elaboradas. En el futuro me gustaría poderme dedicar a la novela, pero con tranquilidad, porque requiere más dedicación y otra forma de trabajar.
En el libro se plantean situaciones y contextos diversos. ¿Quería con ello simular una visión del mundo multilateral?
He querido mostrar, por encima de todo, que el ser humano y todo lo que vive es, para lo bueno y para lo malo, increíble, y que la gente, a veces una misma persona, es capaz de lo mejor y de lo peor hasta un punto difícil de imaginar. De ahí que lo pasa en la vida sea muchas veces incomprensible pero siempre digno de ser vivido.
El título del libro resulta del todo llamativo. Aunque en principio Gente rara parezca responder a las peculiaridades de ciertos individuos, quizás la sensación última tras la lectura es que es difícil encontrar a alguien que no sea "raro". ¿Se puede sentir uno orgulloso de ser "raro"?
Todos somos, de alguna manera, raros y, en algunos puntos de nuestro carácter, absolutamente extraordinarios. Por eso creo que el secreto de la normalidad no está en hacer o pensar como todo el mundo, sino en aceptarse a uno mismo y a los demás con total naturalidad, porque al final todos tenemos muchas cosas especiales, admirables y deplorables. Al final, el que está esforzándose constantemente para ser el más especial, además de caer en una especie de rutina, cansa.
Visto desde fuera, uno tiene la sensación de que en su escritura se preocupa por identificar, señalar y dibujar sensaciones muy reconocibles por todo ser humano. Pero desde dentro, ¿cuáles son los motores que se ponen en marcha dentro de usted que le llevan a escribir, a contar historias?
Me gusta contar historias con el fin último de que quien las lea pueda sentir y vivir lo que sienten y viven sus personajes. Ha habido libros que, tras leerlos, me han servido para darme cuenta de cosas que estaba haciendo mal o para enseñarme cómo actuar mejor. Desde luego, conseguir esto es muy difícil. A estas alturas, me conformo con que quien me lea pase un buen rato y no tenga la sensación de que ha perdido el tiempo.
¿Cuál es su opinión a cerca de aquellos que piensan que el relato es un formato menor dentro de la literatura?
No creo que sea un género menor. La novela es la gran manera de hacer narrativa, y creo que todo escritor de narrativa tiene como objetivo escribir una gran novela, pero esto no menoscaba la importancia del relato, que tiene una carpintería, una técnica y unos fines en la literatura distintos a los de la novela, ni más ni menos importantes.
¿Cómo le gustaría que fuera entendido su libro? ¿Qué espera del lector o qué debe esperar el lector de usted?
El lector es absolutamente libre para entender un libro como quiera. Yo sólo espero que les parezca un buen libro y que se queden con, al menos, la sensación de que se han entretenido. Ojalá se conmuevan o les dé qué pensar, pero, sinceramente, no sé si el libro es lo suficientemente bueno como para eso. Con que a un lector le encante el libro y no haya muchos a los que no les guste nada, estaré contento.
Un escritor no es sólo lo que escribe, sino también lo que lee. ¿Qué importancia da a la lectura respecto a su faceta como escritor? ¿Qué autores o libros cree que son imprescindibles para todo aquel que quiera escribir?
Ante todo me gusta leer. Borges decía que estaba mucho más orgulloso de lo que había leído que de lo que había escrito. Para mí la lectura es fundamental porque es además mi principal afición. Cada escritor tiene sus influencias y la literatura es tan rica que no me atrevo a decir qué libros son imprescindibles para poder escribir. En mi caso, han sido fundamentales escritores como Cortázar, Bécquer, Kafka, Dostoievsky, Delibes, Mendoza, Jardiel Poncela o Bolaño.
En sus relatos parece que mire a los hombres a la altura de los ojos, que les tome la medida. ¿Se puede llegar a alguna conclusión tras ese análisis que explique lo mejor y lo peor del ser humano?
Mi conclusión es que el tópico -que no por ser tópico deja de ser completamente cierto- de que todos tenemos un lado bueno y un lado malo, sumado a que la vida se encarga ella sola de hacer que pasen cosas absurdas e ilógicas, hace que sea necesario un esfuerzo diario de comprensión, tolerancia, humildad, autocrítica y, sobre todo, empatía, para no volverte absolutamente loco, amargado, soberbio o misántropo.
Ya ha publicado su primera obra. ¿En qué proyecto literario se encuentra inmerso en la actualidad?
Actualmente sigo escribiendo relatos y tengo notas para una novela. Espero tener tiempo en el futuro para poder hacer algo que esté medianamente bien.
¿Qué palabras podría dedicar a aquellos autores noveles que aún no se hayan atrevido a dar el paso hacia la edición?
Que para dar el paso de la edición se asesoren bien y confíen, además de en su trabajo, en el criterio objetivo de los profesionales del sector.
José María Codes nació en Madrid en 1981. Es licenciado en Derecho y ha cursado estudios de Filología Hispánica. Gente rara es un primer libro publicado.
1 comentario:
Buonasera,
Attendo presto una traduzione in varie lingue tra cui l'italiano.
L'intervista all'autore stimola l'acquisto del volume.
Cordialità.
Tommaso da Milano
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